El arte de la joyería viene desde la
existencia misma del hombre, pues desde sus comienzos la elaboración de joyas
constituyó un eslabón importante en la historia. Si uno lanza un vistazo a la
historia no existe cultura importante que no realizara joyas, ya sea para el
embellecimiento de las mujeres o para remarcar la majestuosidad de la realeza.
Los artesanos joyeros fueron
considerados hombres con inspiración, creatividad y sensibilidad, además de
tener contemplación a las artes y a la naturaleza, musas importantes en la
trayectoria de sus creaciones.

Descubrí el arte de hacer joyas por
casualidad; sumergido en el mundo laboral dependiente, el estrés finalmente me
alcanzo; y me vi en la necesidad de adquirir otro tipo de entradas económicas
para el sustento mío y el de mi familia. Como buen hijo de un profesional en el
arte de diseñar prendas para hombre, las manualidades siempre me
gustaron, pero nunca pensé dedicarme a ello a tiempo completo. Siempre me
gustaron las joyas y por qué no hacerlas a mi gusto, creando mis propios
diseños. Me apasioné tanto que terminé haciendo más y más, y sin darme cuenta
las empecé a vender a mis conocidos. Podía pasar horas y no sentía el pesado
estrés en mis hombros. Hoy en día me dedico exclusivamente a la creación de mis
diseños de joyas, lo cual agradezco pues tengo tiempo de calidad para disfrutar
con mi familia.
El arte de la joyería me ha ayudado
a bajar los niveles de estrés y al mismo tiempo dar libertad a la creatividad e
imaginación que había en mi; aquella dedicación, paciencia y amor que
se imprime en la joya al momento de crearla es hacer arte con las manos y
regalar placer y felicidad a quienes la aprecian y la usan.
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